El desarrollo de la ansiedad generalizada en la vida

Publicado por sucrepr lunes, 17 de junio de 2013



El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) es mucho más que la experiencia de las personas que tienen algo de ansiedad normal día a día. Este trastorno consiste en anticipar desastres, frecuentemente preocupándose excesivamente por la salud, el dinero, la familia o el trabajo. A veces, sin embargo, la sola idea de pasar el día trae ansiedad.


Las personas con TAG no pueden deshacerse de sus inquietudes aún cuando generalmente comprenden que gran parte de su ansiedad es injustificada, pero lo más grave de todo es que en gran parte de los casos, las personas no saben que es la ansiedad generalizada. Las personas con TAG también parecen no poder relajarse y con frecuencia tienen problemas para conciliar o mantener el sueño. Sus preocupaciones van acompañadas de síntomas físicos, especialmente temblores, contracciones nerviosas, tensión muscular, dolores de cabeza, irritabilidad, sudoración, sofocos y sensación de mareo o estar sin aliento.

Muchos individuos con la ansiedad generalizada sobresaltan con mayor facilidad que otras personas. Ellos tienden a sentirse cansados, tener dificultad para concentrarse y pueden sufrir de depresión. Además, el trastorno de ansiedad generalizada puede incluir náuseas, viajes frecuentes al baño o sentir que hay un nudo en la garganta.

Cuando su nivel de ansiedad es leve, las personas con TAG pueden funcionar socialmente y mantener un trabajo. Aunque evitan ciertas situaciones como resultado de su trastorno, las personas con TAG pueden tener dificultades para realizar las actividades diarias más simples.

El TAG afecta a aproximadamente a 6.8 millones de adultos estadounidenses, entre ellos el doble de mujeres que de hombres. El trastorno se desarrolla gradualmente y puede comenzar en cualquier punto del ciclo de vida, pero por lo general se desarrolla entre la niñez y la mediana edad. Hay evidencia de que los genes juegan un papel modesto en este trastorno.

Otros trastornos de ansiedad, depresión o abuso de sustancias a menudo acompañan a la ansiedad generalizada, lo que rara vez ocurre solo. El TAG se trata con medicación o la terapia cognitivo-conductual, pero las condiciones coexistentes también deben ser tratadas con las terapias apropiadas.

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